Cualquier infestación por ratas o ratones nos puede producir muchos inconvenientes que suelen resultar difíciles de eliminar y de volver a la situación anterior de no infestación.
Los diversos daños que nos pueden ocasionar los roedores en caso de infestación van desde los problemas económicos hasta los de salubridad pasando por multitud de factores que nos afectan directamente a cada caso y por supuesto particularmente a cada uno de nosotros.
Si el problema ocurre a nivel de empresarial o laboral, las consecuencias pueden ser nefastas para nuestros negocios. Piensen en la pérdida de imagen respecto a los trabajadores con el consiguiente descontento laboral y pérdida de efectividad del empleado. Nadie va a querer trabajar en un lugar donde haya ratas o ratones. Imagínense el daño económico que podría suponer para una empresa, local comercial, restaurante, clínica, etc.. que un cliente aviste un roedor merodeando las instalaciones, esto podría suponer pérdida de imagen, motivos de disminución de clientela con las consecuentes pérdidas de dinero que supondría. No se debe escatimar en una buena higiene y en un buen plan de control integrado de plagas en cualquier negocio, ya que las pérdidas económicas debido a una infestación por roedores es muchísimo mayor que la higiene y un buen método de control de plagas llevado a cabo por profesionales.
Por otro lado si el problema ocurre a nivel particular como en nuestras viviendas, el daño económico sería diverso y se englobaría en 2 factores fundamentales: Daños estructurales y daños por contaminación de alimentos.
Los roedores tienen la particularidad de que sus incisivos no dejan de crecer hasta que mueren, por lo que necesitan roer para ir desgastándolos, con lo cual el cualquier infestación habría multitud de daños en estructuras como puertas, paredes, cables eléctricos, etc.
La ratas y los ratones por su tamaño, tampoco es que necesiten comer demasiados alimentos. Lo que pasa es que es mucho mayor el daño por contaminación de alimentos con su consiguiente pérdida que el daño económico que ocasionan por alimentarse. Se estima que por cada kilo de comida consumida la contaminación es de 10 a 30 veces mayor (10 a 30 Kg), por lo cual una infestación por roedores en un almacén de industria alimentaria tendría unas consecuencias fatales.
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